7.25.2020

Artes marciales tradicionales


Quién no ha oído de boca de algunos compañeros de práctica que ellos practican un Arte Marcial Tradicional. Y no el arte a secas, ¡no! Sino ¡Tradicional!

¿Qué bien suena eh? T-R-A-D-I-C-I-O-N-A-L.

Pues bien, he aquí un adjetivo añadido para dar mayor caché a la práctica de uno y diferenciarse superiormente de las prácticas de todos aquellos que comparten el arte o sistema pero que supuestamente no practican igual.

¿Qué implica que se adjetive Tradicional?

Implícitamente quiere parecer que se está más próximo a la verdad; ya que no se practican sucedáneos ni derivados del Arte primigenio. Que se conserva y mantiene en su estado original sin alteraciones.

Mmm… así a bote pronto, parece que hay un pequeño problema. Si algo es eternamente joven, es que no madura, no evoluciona. Con todo lo que implica.

¿Y qué es la verdad?

Si hubiera una única verdad no sería posible pintar cientos de cuadros sobre el mismo tema.
Pablo Picasso.

¿Qué significa Tradicional?

Ayudándonos de la RAE podríamos definirlo, en el caso de un arte marcial, como aquel que es conservado y trasmitido de generación en generación.

Bueno… Así visto, parece que es lo que hacemos todos, ¿no?

Cuando nos iniciamos en la práctica marcial, por ese mero hecho, ya mantenemos vivo el arte, sus costumbres, sus enseñanzas y todo aquello que lo compone. Esto es: conservar.

Todos hemos aprendido de alguien, que a su vez aprendió de otro y que posteriormente algunos han enseñado estos conocimientos a otros. Esto es: trasmitir de generación en generación.

Mmm… entonces, ¿Tradicional se referirá a alguna época?

En ocasiones, al emplear tradicional se quiere dar una imagen ancestral, de proceder de otra época, como un valor añadido. Esto es una imagen vintage y romántica, ya que convierte opiniones e interpretaciones de maestros que vivieron en otro tiempo, en un contexto histórico, cultural y social diferente al nuestro, en una especie de tablas de la ley, inamovibles e inalterables, y prohibiendo sus reinterpretaciones o refutaciones, rechazando todo lo moderno o actual como algo detestable.

En el caso de las artes marciales japonesas es muy recurrente realizar el corte en la restauración Meiji.

Bien. ¡Aceptemos barco! ¿Quiere decir esto que antes no existía este debate?

Es bastante improbable. Siempre que ha habido cambios e innovaciones en la historia de la humanidad, que afectaban o cuestionaban al establishment imperante, ha conllevado un rechazo, tachándolo de herejía incluso, como por ejemplo el sistema heliocéntrico de Galileo. Y esto parece bastante extrapolable a muchas artes marciales, en épocas (no tan lejanas) donde el hermetismo, la jerarquía y la pleitesía estaban a la orden del día. Pensemos que quizá lo que hoy consideramos como lo más alejado de la tradición, sea lo más tradicional en el siglo XXII.

Pero claro, ¿qué pasa con todas aquellas Ryu Ha nacidas bastante avanzado el siglo XX que presumen de ser Tradicionales? ¿Va a ser que una fecha concreta no sirve para discriminar la tradicionalidad?

[…] sigo sin saber muy bien que es lo que muchos entienden por karate tradicional. ¿A qué época se refiere? ¿Eres tradicional porque eres alumno de algún renombrado maestro? ¿O tradicional es el karate que va de 1930 a 1960 o de 1900 a 1930? Son muchas las personas que se aferran a ese concepto esgrimiendo argumentos totalmente distintos.
José Luis Prieto.

El que alguien haya postulado algo hace 100 años no lo convierte en una verdad. Bueno… ¡100 años! ¡Si muchos que afirman hacer tradicional practican sistemas o estilos que no tienen esa antigüedad!
Es una opinión o una interpretación personal, que hoy en día puede ser válida o no. Porque por encima de ser reputados maestros, son humanos, y también pueden errar, ¿o no? ¿O acaso seguimos afirmando que la tierra es plana?

En los Densho o Makimono tradicionales pueden verse enmiendas y tachaduras realizadas por Maestros posteriores al fundador de la escuela. No es que se reniegue de la enseñanza, del conocimiento antiguo, heredado, sino que el tiempo hace que tal o cual precepto, tal o cual norma o postulado quede obsoleto, sea superado incluso rebatido.
Cayetano Sánchez.

Me sorprende que nadie haga Tradicional de la época pre-Gi-actuales. No veo ninguna Ryu Ha Tradicional que entrene sistemáticamente sin Gi, ¡y sin cinturones! ¿A ver si va a ser que es más lúcido ir con Gi y cinturón negro que sin ello, y para eso ya no importa que sea o no Tradicional?

Por tanto, no podemos vincular el término tradicional a una época determinada, ya que esta es una percepción vinculada a nuestra experiencia vital y edad. Para algunos, Frankenstein de Boris Karloff (1931) es un clásico del cine, pero para otros ya lo es Matrix (1999-2003).

Recordemos que la tradición del mañana la estamos construyendo hoy.

¿A qué se refiere realmente entonces Tradicional?

Según afirman algunos, a que no hacen una práctica deportiva o deportivizada, sino que mantienen el espíritu originario del estilo, escuela o sistema.

Con esto se pretende indicar que se ha mantenido inmutable durante el tiempo desde la concepción original del maestro fundador de la escuela, estilo o sistema.

Pero, ¿realmente se ha mantenido inmutable?

En la vida todo está continuamente en evolución.
Ludwig von Mises.

Creo que todos los practicantes de cualquier arte marcial reconocerán que sus sistemas no son iguales hoy que hace un siglo. Es más, incluso me atrevería a afirmar que no son iguales ahora a cuando empezaron a practicarlo. Podrán ser mejores o peores, pero desde luego nunca iguales, porque ya sea en mayor o menor medida, habrán evolucionado, cambiado o adaptado.

Tradicional no es inmutable, porque nuestro arte tradicional ha derivado de otro arte marcial o estilo. Todas las artes marciales han ido modificándose por maestros que han decidido añadir sus visiones, expresiones, pensamientos y sistemas metodológicos.

Curiosamente, hoy, algunos son considerados padres de sistemas tradicionales, aunque seguro que en su época no era así.

Una vez que finalicé lo que estaba destinado a tener éxito, el cambio de manos “chinas” a manos “vacías” me dediqué a otros asuntos de revisión y simplificación. Esperando ver al karate incluido en la educación física enseñada en nuestras escuelas públicas, me puse a revisar los katas para hacerlos tan simples como fuese posible. Los tiempos cambian, el mundo cambia y obviamente las artes marciales deben también cambiar. El karate que los estudiantes de las escuelas superiores practican actualmente no es el mismo karate que se practicaba tan solo hace diez años, y hay una gran diferencia con el karate que yo aprendí en Okinawa cuando era chico.
Funakoshi Gichin, Mi Camino.

Curioso este doble rasero, en donde parece que algunos discriminan en función de la nacionalidad del maestro, estando en primer lugar cualquier nacionalidad asiática… Pero, ¿en serio vamos a considerar la nacionalidad de un maestro para dar validez a su aportación al arte?

Sigamos.

Todas las artes marciales nacieron como sistemas para la defensa personal o para la batalla, y por tanto, llevan intrínsecas unas ideas de simplicidad y brutalidad como eje central. El entorno, militar o civil, en el que se hubiesen creado y desarrollado es irrelevante; el objetivo era el mismo: solventar una situación adversa con el mínimo esfuerzo y daño personal, y con la mayor brevedad y eficacia posibles.

精力善用. Seiryoku Zenyo. Máxima eficacia con el mínimo esfuerzo.
Jigoro Kano.

Implica esto por tanto, que desde su concepción inicial hasta su estadio actual, el arte marcial se ha ido adaptando, modificando y desarrollando por el sistema de ensayo-error ante los diversos cambios acaecidos en el tiempo, buscando una eficacia y simplicidad máximas.

¿Y cuáles son algunos de los cambios más importantes en lo relativo a las artes marciales? Las armas y la sociedad.

Las Armas: Desde que existen las armas (blancas o de fuego) estas han desequilibrado la balanza del combate a su favor, siendo determinantes en cualquier conflicto habido y por haber. Por tanto, esto afecta a los desarrollos de cualquier arte marcial, modificando o adaptando sus objetivos y trabajos. No podemos actuar igual ante un enemigo armado que ante uno desarmado. ¿Lógico no? Del mismo modo, la práctica de determinadas armas no es funcional a día de hoy. ¿Quién lleva Sai o Katanas por la calle para emplearlas en caso de necesidad? ¿Y qué opciones tendríamos ante un arma de fuego con armas blancas? Ya no digo con las manos vacías…

La Sociedad: Afortunadamente muchos países del mundo tenemos la suerte de vivir en sociedades pacíficas, donde no tenemos conflictos armados o donde la violencia campe a sus anchas, a pesar de que siempre existirán conatos de violencia. Muchas personas (y practicantes también) han conseguido vivir hasta edades avanzadas sin haber participado en ningún incidente violento (con armas o sin ellas) a los largo de sus vidas.

Estas sociedades de bienestar y seguridad condicionan el comportamiento, la determinación y la práctica. Nadie practica pensando que mañana puede morir si no sabe emplear su arte, más bien practica por el disfrute que le proporciona la práctica en sí misma.

¿Recuerdas cuando hacías las cosas por el mero placer de hacerlas?

Una pregunta para aquellos que defienden que practican con otra actitud, preparándose incluso para la muerte, con lemas tipo matar o morir.

¿Realmente has aceptado tu muerte? ¿Eres un samurái en el siglo XXI? ¿Y cómo entrenas para ello? ¿Ante Oi Zuki?

Pero veamos. ¿Cómo son las artes marciales hoy?

Básicamente poseen dos vías, que dependiendo del sistema o del maestro, pueden estar más o menos próximas entre sí.

Un camino de desarrollo y superación personal, con un añadido filosófico-religioso culturalmente diferente al nativo en la mayoría de los casos. El llamado Do.

Detrás de todo arte marcial encontrábamos una filosofía. La filosofía encaminada a mejorar al hombre en las dos facetas, la física y la espiritual.
José Ramón Díaz Hevia.

Un deporte. Entendido como una actividad física ejercida como juego o competición sujeta a normas.

Negar esto sería absurdo. Así son las artes marciales hoy. Nos guste o no.

El apartado deportivo es algo obvio, se ve a simple vista: KarateJudoKendoTaekwondoMuay ThaiSilatWing ChunTaiji Quan… desarrollado y especializado en base a las normativas de competición vigentes y ajeno, en mayor o menor medida, del espíritu de creación del Arte Marcial.

En cuanto al desarrollo y superación personal… pues eso: es personal. Con todo lo bueno y malo que implica. Aunque en un porcentaje alto de los casos va aparejado a la adquisición (mágica en muchos casos) de valores éticos y morales extrapolables a la vida cotidiana… y a sudar un poco (estudiando poco vaya) haciendo “ejercicio” para sentirse mejor.

Nunca he visto un cartel anunciando un Arte Marcial en el que vendieran que te preparan para matar y sobrevivir. ¡¡Nunca!! Más bien veo carteles que anuncian la adquisición de unos valores, la obtención de una mejora saludable del estado físico y/o la participación en eventos deportivos.

Postulemos: Un arte tradicional es un camino de superación personal.

Pero, ¿qué no lo es? Un objetivo en cualquier actividad es hacerlo hoy mejor que ayer, y mañana mejor que hoy. ¡¡Tachán!! Superación personal conseguida.

No quiero decir con esto que no haya practicantes a los que la práctica de un arte marcial, así como cualquier otro deporte, no les haya modificado su actitud, su comportamiento, su vida, habiéndoles permitido superarse a sí mismos y realizar cosas que nunca habrían soñado. Hay innumerables ejemplos de esto. A lo que me refiero es que esto no es consecuencia de la práctica en sí misma, sino del grupo en el que se integra, y en gran medida de las capacidades empáticas del maestro que ha sido capaz de leer y guiar los esfuerzos del practicante en otra dirección.

Postulemos: Un arte tradicional aporta valores al practicante.

¿En serio? ¡Es que a ver si la educación recibida por cada uno en nuestro entorno social-familiar no influye para nada!

Es cierto que cuando se enseña y se comparte mucho tiempo con niños se puede llegar a ser un modelo para ellos, más como algo lógico debido al propio desarrollo físico-psíquico del niño que como una consecuencia propia de la práctica. Además siempre se habla de inculcar valores en niños, no en adultos. ¿Por qué? ¿Es que el adulto no adquiere los mismos valores? ¿O será que el tener ya un carácter formado es impermeable a las grandes propiedades terapéuticas de la práctica marcial tradicional?

Por lógica, podemos afirmar que la adquisición de valores por la propia práctica pierde su validez. Sólo es un bulo… ¡que vende!, pero bulo al fin y al cabo.

Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad.
Joseph Goebbles.

Entonces da igual todos los epítetos que pongamos a nuestro arte marcial: tradicional, clásico, antiguo, original, auténtico… tanto sea en español, japonés o cualquier otro idioma. Lo que se pretende definir en la mayor parte de las ocasiones es que no es competición.

Pero, ¿por qué sucede esto?

Básicamente por la vasta apropiación mediática y de difusión de la faceta deportiva/competición del arte, cuando debería ser la faceta deportiva la que llevase el adjetivo diferenciador. Porque no olvidemos que esta es una derivación del arte, y no al revés. Por eso tenemos Fútbol y Fútbol Sala y no Fútbol y Fútbol Campo.

¿Es negativa la faceta deportiva per se?

No. Pero su énfasis y conversión en única focalización de la práctica sí.

Si hasta los que se consideran más tradicionalistas, que llegan a entender la faceta deportiva especializada como una degeneración de sus sistemas, organizan campeonatos. El problema surge cuando esta faceta se convierte en la definición del propio arte y toda su práctica está basada en una normativa vigente, que cambia según modas, con el fin único de ganar campeonatos y atraer atenciones mediáticas obviando elementos intrínsecos del arte marcial porque no son válidos o útiles para la victoria deportiva.

La moda es un esperpento tal, que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses.
Oscar Wilde.

Pero preguntémonos sinceramente: ¿seríamos tantos practicantes o se hubiese expandido tanto nuestro Arte sin la faceta deportiva? ¿Habríamos llegado siquiera a oír hablar de nuestro propio arte marcial? Quizá sí, quizá no.

Porque deporte (de competición) y arte (budo) no son una mejor que otra, sino simplemente cosas diferentes, con puntos en común, que pueden recorrer caminos y perseguir objetivos similares o totalmente diferentes.

Podemos encontrar infinidad de imágenes y frases por las redes sociales aludiendo a estas diferencias:
  • Lo tradicional es para uno, lo deportivo para el espectador.
  • Lo tradicional hace que te preguntes porqué, lo deportivo cómo.
  • Lo tradicional no tiene reglas, lo deportivo sí.
Uno de los problemas es que ambos practicantes progresan por el mismo sistema de grados, cuando, en mayor o menor medida, no tienen objetivos ni trabajos similares entre ellos. Aunque las pruebas que determinan el nivel y conocimientos sí son las mismas en muchos casos.


Tradición y deporte no son antagónicos. ¿Acaso no hay deportes tradicionales? ¿O no hay artes marciales tradicionalmente deportivas? Es una cuestión de preferencias e intereses personales.

Es curioso cómo muchos tradicionalistas, entendido como no deportivo/competitivo, realizan una práctica deportiva, aunque no compiten… en campeonatos oficiales. ¡Por qué la mayoría hacen sus propios campeonatos!

El que exista una parte deportiva, parece exigir que exista una parte no deportiva, muchas veces llamada tradicional en un intento de propuesta antagónica, y que actualmente se emplean como términos antípodas.

No sé qué es Karate deportivo o tradicional, sólo entiendo karate. Lo que se haga a modo deportivo no debería denominarse Karate. Tampoco me gusta el término tradicional… pero existiendo el término deportivo, la gente busca un opuesto, aunque ninguno de los dos define nada realmente.
César Cámara Martín.

Dejemos de etiquetar nuestro arte como tradicional o deportivo. Las etiquetas sólo sirven para definir y entrar en las mentes cerradas, ya que al categorizar su sistema les facilita comprenderlo y entenderlo.

Pero nadie dijo que el arte marcial fuese fácil.

Seamos mentes abiertas inquietas y hambrientas y aceptémoslo como es, con su heterogeneidad, por mucho que nos cueste.

Think outside the box.

Luego elijamos nuestro camino, porque nadie lo va a recorrer por nosotros. Disfrutémoslo.

Muchos practicantes (tradicionalistas y no tradicionalistas) han olvidado, o quieren olvidar, que cualquier arte tiene que evolucionar para sobrevivir, perdurar y mantenerse vigente. Es ley de vida.

Lo tradicional en las artes marciales es evolucionar.
Hiroo Mochizuki.

Entonces esto nos lleva a una cuestión básica: evolución, ¿sí o no?

Rotundamente SI. Todo en la vida evoluciona, y aquello que no evoluciona, queda obsoleto y perece.

La evolución es tan creativa. Así es como tenemos jirafas.
Kurt Vonnegut

Si tomamos de ejemplo el arte, vemos que esto es también aplicable, ya que las últimas tendencias artísticas no habrían sido posibles sin todos los movimientos artísticos previos que fueron evolucionando y cambiando con el tiempo, al igual que la visión y concepción por parte de los artistas del ser humano (con sus virtudes y miserias) y del mundo (encuentros geográficos y culturales, mal llamados descubrimientos), sin olvidar el pensamiento o religión imperante del momento. Esto ha pasado en la pintura, la música… y en el deporte.


¿Cómo debería ser la evolución del Arte Marcial?

Fácil. Como en cualquier otro aspecto de la vida: I+D+i, entendido como un Shu Ha Ri para el Arte Marcial.

Investigación (aka SHU)

On Ko Chi Shin. Estudiar lo antiguo es comprender lo nuevo.

Cuando aprendemos / practicamos un arte marcial lo hacemos a partir de unas bases (técnicas, tácticas y filosóficas) sentadas por maestros anteriores a nosotros que, en muchos casos, fallecieron antes de que nosotros empezásemos a practicar.

Nuestro aprendizaje debería llevar aparejado un conocimiento del contexto socio-económico y político del lugar y época del asentamiento de estas bases que nos ayudarán a comprender el porqué de muchas cosas. Un ejemplo de esto es el Koshiki no Gata del Judo Kodokan.

No obstante, es curioso el hermetismo que existe dentro de las artes marciales a la hora de compartir conocimientos. Es cierto que muchos practicantes son profesionales de sus artes, pero ello no implica guardar sus conocimientos como si fuesen el anillo del señor oscuro, que corrompe sus almas de la misma manera guardando sus secretos con el mayor celo del mundo. Imaginémonos que esto sucediese en todos los ámbitos. Si la información no estuviese ahí para que quien quiera lo pueda consultar y así intentar mejorarlo, todavía la medicina andaría realizando sangrías a la gente.

Esta fase está abierta a todos los practicantes del Arte Marcial.

Desarrollo (aka HA).

Otros han visto lo que es y preguntaron por qué. Yo he visto que podría ser y he preguntado porqué no.
Pablo Picasso

Cuando se han comprendido las bases, debemos de jugar con ellas: volver a reformularlas, crear hipótesis opuestas, cuestionarlas… para así poder confirmarlas o refutarlas y evolucionar. Esta etapa es imposible sin un profundo conocimiento de la anterior, porque sin cimientos no podemos construir.
Al ser un arte marcial de lo que estamos hablando, muchos aspectos que desarrollamos van estrechamente vinculados a nuestro nivel, capacidades y condiciones físicas, por lo deberíamos ser cuidadosos para valorar si una particularidad (la nuestra) es extrapolable a una generalidad (le funciona a todos o no). Esto requiere una modificación o adaptación en muchos casos de los sistemas pedagógicos empleados, como puede ser las modificaciones gestuales en el mismo kata realizadas por las diferentes Ryu Ha.

Esta etapa está, o debería estar, limitada a practicantes a partir de cierto nivel técnico y de conocimiento, para así evitar realizar cambios sin cohesión con el sistema o por cuestiones ajenas a las técnicas y tácticas del arte marcial en cuestión.

Innovación (aka RI).

Que sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo.
Vincent Van Gogh.

Esta es una fase para unos pocos. Aunque son muchos los que desean innovar, pocos son capaces de hacerlo con coherencia para estructurar una técnica, un kata o un sistema nuevo, puesto que requiere mucho tiempo de estudios y desarrollos, reformulando una y otra vez, cuestionando axiomas y corolarios del propio sistema.

Como actualmente es prácticamente imposible innovar a nivel de técnicas o katas, casi todos los esfuerzos van (o deberían ir) encaminados a los sistemas pedagógicos (en función de la orientación y objetivos que se le quiera dar) creando nuevas rutinas o ejercicios para la mejor comprensión y habilidad del estudiante. Esto es, técnicas de ayer, métodos de hoy.

Es curioso cómo ha habido “innovaciones” (que todos conocemos) que han consistido en copiar rutinas, formas o técnicas de otros sistemas para incorporarlos como creaciones propias. Afortunadamente, en la era de la información y el entrenamiento cruzado esto es cada vez más difícil, y cuando sucede es fácil desarticularlo.

Más rápido se coge al mentiroso que al cojo.
Proverbio

Por tanto, una Arte Tradicional (o no) requiere I+D+i, esto es, estudio y práctica reflexiva, no una repetición sistemática y caduca sin cuestionamiento.

Es necesario el On Ko Chi Shin. Pero comprender lo antiguo no es quedarse en ello; esto sería como si cada nuevo practicante empezase siempre desde los orígenes y tuviese que recorrer todo el camino obviando todos los avances. ¿Acaso un médico empieza haciendo sangrías para aprender a dar otros tratamientos? NO. Porque eso ya está superado. ¿Pero lo está en las artes marciales? ¿Sabes por qué practicas lo que practicas? ¿Cuáles son sus objetivos, finalidades y utilidades?

Esto es algo estrechamente vinculado a los sistemas pedagógicos empleados y al propio desarrollo del sistema, que habitualmente ha conllevado una estandarización, tanto de las técnicas como los principios rectores del mismo, con un programa formativo cerrado o vinculado a una normativa cerrada, como medio de aprendizaje.

Mmm… ¿una estandarización? ¿No habíamos dicho que lo tradicional no tenía reglas?

No debemos dejarnos llevar por la verdad impuesta o un dogma ortodoxo en pro de una preservación absurda. En su lugar deberíamos guiarnos por la lógica y el sentido común en consonancia con el objetivo que nos marquemos.

Porque morder también es karate.
Taiji Kase

Esto no quiere decir que se defenestre lo antiguo, sino que se reinterprete (o no). Podemos comer una fabada estilo tradicional o podemos comer fabada de un estrella Michelin que mantiene los sabores de antaño, pero con las texturas de hoy. Y no por eso deja de ser fabada. Ahora bien, si no lleva compango, podrá parecer una fabada, pero NO lo es.

Fabada Texturas de hoy, sabores de antaño. José Antonio Campo Viejo - El Corral del Indiano
Una tradición, el arte marcial en nuestro caso, perdura y se mantiene tanto en cuanto su contextualización se actualice constantemente.

Por tanto, no te preocupes si tu arte es tradicional o no. Esa no es la cuestión.
  • Preocúpate de averiguar si la realidad y la lógica son más importantes que el mantenimiento de una tradición o la imposición de una captura cognitiva.
  • Preocúpate si se mantienen misticismos, explicaciones aleccionadoras de aspectos totalmente subjetivos, jerarquías rígidas, secretos o se oculta información que no favorece tu entendimiento y limita tu progresión, y por ende, la del arte.
  • Preocúpate de alejarte de los vendedores de humo, que todo lo etiquetan y cuadriculan, que obnubilan y cierran tu mente y que sólo desean convertirte en un acólito con ceguera por falta de atención.
  • Preocúpate de si la práctica es adaptable, primando al practicante y su comprensión del arte sobre formas o trabajos rígidos e inamovibles.
  • Preocúpate de que la pedagogía empleada tenga un objetivo, una justificación y una metodología desarrollada, y no que las cosas sean porque sí o porque nosotros lo hacemos así, obviando la lógica y la biomecánica.
  • Preocúpate de aprender, practicar y estudiar los orígenes del arte, cómo ha evolucionado, porqué ha evolucionado así, cómo nos hemos beneficiado de ello, cómo se entiende y se practica hoy y cómo lo mejorarás para el mañana.
  • Preocúpate de practicar, diligente y continuamente, aprendiendo hasta del paisaje, saliendo fuera de tu zona de confort
  • Preocúpate de disfrutar con tu práctica y aprendizaje.
  • Preocúpate de encontrar un dojo que cubra tus inquietudes y objetivos.