11.09.2020

Tokusan

 

Tokusan vivía en el montañoso distrito noroccidental de China, donde llevo a cabo durante algún tiempo, estudios académicos sobre el budismo.

Consiguió ser una autoridad sobre el Sutra del Diamante ganándose el reconocimiento público por su erudición. Un día oyó contar que, en el sur de China, los Budistas Zen habían alcanzado una gran influencia hablando acerca de “la transmisión más allá delas escrituras y no confiando en la letra”. Eso no podía ser aprobado por los eruditos. Tokusan se sintió indignado ante tales enseñanzas, dado que era orgulloso y confiaba en su capacidad como filosofo budista declaro:

-“Voy a destruir la madriguera de esos demonios del Zen y a exterminarlos”

Acto de seguido este defensor del Sutra del Diamante emprendió un viaje hacia el sur, llevando todas las notas y escritos que había recopilado durante sus largos años de estudio del Sutra del Diamante. De alguna manera un ser humano no puede sentirse completamente satisfecho con solo en entendimiento  o el conocimiento intelectual, en lo más profundo de su personalidad siente que falta algo.

Esta búsqueda interior y profunda es lo que llamamos la verdadera investigación religiosa. Tokusan en ese momento, empezaba a dar el primer paso en el entrenamiento religioso. Para ese entrenamiento, el impulso o búsqueda interior es absolutamente necesario.

Tokusan planeo primero ir a Ryotan en la China central, puesto que allí vivía, en una montaña, un famoso maestro Zen llamado Soshin. Cuando llegaba al pie de la montaña encontró una casa de té al borde del camino y pensó que debía comer algo antes de escalar la montaña. Entró en la casa de té y se lo pidió a vieja mujer que había allí “Comer algo en chino es tenjin que significa literalmente “iluminar la mente”. Pero la vieja mujer de la casa de té no era una mujer común, le pregunto a Tokusan:

-“¿Qué llevas en la mochila?”

-“¡Ah, sí”, replicó Tokusan “llevo un valioso Sutra llamado el Sutra del Diamante”

Ante esto la actitud de la vieja señora cambió.

-“¡Con que es eso!”, dijo ella “Entonces tengo que preguntarle algo, si eres capaz de responder, te daré de comer”, sin embargo, si no me das una respuesta satisfactoria, lo sentiré, pero tendrás que marchar sin haber comido.”

Como ya dijimos Tokusan era un erudito muy orgulloso y autosuficiente, replico:

-“De acuerdo, puedes preguntarme lo que sea”

Así que la mujer dijo:

-“En el Sutra del Diamante está escrito que: “La mente pasada es inalcanzable; la mente presente es inalcanzable y la mente futura es inalcanzable”. Tú mismo dices que vas a iluminar tu mente. ¿Cuál de ellas vasa iluminar?

Tokusan fue incapaz de responder la pregunta de la anciana.

“las tres mentes inalcanzables es un famoso pasaje del Sutra del Diamante en que la experiencia satori comienza en relación con el tiempo, el tiempo religioso o tiempo interior, en contraposición con el tiempo físico. Como un buen erudito, Tokusan podría haber explicado la inalcanzabilidad de las tres mentes, desde un punto de vista intelectual lo filosófico. Sin embargo la anciana señora no le pedía una explicación lógica acerca de ellas. Ella lo que quería era ver la verdad de las “Tres mentes inalcanzables” en el hecho real de comer, lo que hacía era definitivamente preguntar algo desde una perspectiva diferente.

Desde el punto de vista del Zen, la pregunta de la anciana sirvió para despertar la investigación religiosa o búsqueda espiritual de Tokusan, que había estado desarrollándose dentro de él, sin que él mismo se diese cuenta. La verdadera búsqueda de la felicidad, por parte del hombre, siempre se dirige hacia el exterior, es decir, hacia el campo científico. Puede dirigirse hacia adentro, constituyéndose así en una investigación espiritual muy significativa.

Tokusan tuvo que admitir su incapacidad de dar respuesta y a sugerencia de la anciana de la casa de té, tomo la determinación de estudiar Zen con el maestro Ryotan. No se sabe cuánto tiempo estudio con Ryotan o que proceso de investigación interior experimentó. Lo que es cierto, sin embargo, que la búsqueda espiritual que apareció en su interior debió llevarlo a un estado de extrema necesidad. Creo que en occidente dicen que “la necesidad del hombre es la oportunidad de Dios”

Tokusan debió llegar precisamente a este tipo de necesidad.

Fuente: Las flores no hablan de Zenkei Shibayama.

 

 

11.01.2020


 

Las  Artes Marciales y el encuentro entre oriente y occidente

Contrariamente a los que algunos autores afirman, el estudiante de artes marciales no desarrolla espontáneamente y paralelamente una filosofía peculiar  de la existencia. En las sociedades tradicionales, sin embargo, este encuentro entre la práctica y una filosofía vinculada a la misma tenía lugar en forma natural. La compartimentación social la eclosión de una sociedad especializada ha permitido la diferenciación. Asimismo la importación hacia occidente de las disciplinas guerreras orientales ha dado lugar a transformaciones en las mismas, como su integración a los ámbitos puramente deportivos, su aplicación como sistemas de defensa para las fuerzas del orden público y grupos militares de elite, etc.

Sin embargo determinados valores morales si han traspasado la prueba  de la aculturación  de dichos sistemas guerreros y algunas de las virtudes tradicionalmente  atribuidas a la práctica de esas disciplinas, han sido capaces de permanecer  ocultas dentro de las estructuras rituales que acompañan la práctica de las artes marciales. Si bien estas actitudes a desarrollar mediante el aprendizaje son pocas y más formulas morales que actitudes puramente espirituales o filosóficas, han colaborado benéficamente en la buena imagen social de la práctica de artes marciales. De entre estas virtudes debemos destacar, el respeto y la jerarquía y la práctica que se transmite a través de las formas, como el saludo, la constatación de los limites personales a través del esfuerzo, del contraste en el entrenamiento, en los combates entre compañeros y determinadas formas y actitudes sociales relacionadas con la higiene personal y las buenas maneras, que tanto los maestros como el grupo se encargan de marcar dentro del mismo.

No queremos plantear  una actitud añorante de los “mejores tiempos pasados” o justificar actitudes puritanos  del todo anacrónicas. Hoy podemos afirmarlo sin duda, un gran valor cultural y unas filosofías con un contenido verdaderamente útil para el desarrollo del practicante, en el conjunto de tradiciones orales y escritas  del mundo de las artes marciales de oriente. Debemos afrontarlas, sin embargo, debemos enfrentarlas desde una perspectiva plenamente nuestra, claramente occidental y esto esencialmente significa, plantearlas desde la perspectiva del individuo, el más alto concepto de occidente ha desarrollado y trabajar en esa dirección que ya marcaron nuestros ancestros griegos con aquella inscripción  que coronaba la entrada del pórtico del oráculo de Delfos -”Gnoscete ipsum”- (conócete a ti mismo).

No debemos pues temer a las transformaciones dentro del ámbito de las escuelas o estilos y afrontar con valentía el hecho de todo es susceptible de empeorar, pero también lo es de mejorar. La aplicación de la razón, otra de las características, junto a la tecnología, propia de nuestra cultura actual, deben enriquecer en lugar de mermar, el legado recibido de oriente. Para mantenerse vivas las artes marciales, deben cambiar necesariamente, si bien este cambio no debe, desde mi perspectiva, significar olvido, sino un desarrollo, un enriquecimiento y un espacio para el encuentro entre oriente y occidente, entre pasado y futuro.

Fuente: Libro  El ultimo horizonte del Budo