7.15.2007

Katana


Este artículo trata del arma que era el alma del samurai y que también forma parte de la la búsqueda del camino de las Artes Marciales,aquí vemos parte de su historia.
Los antiguos forjadores del Japón eran considerados magos, chamanes, alquimistas y hasta en ocasiones brujos. En efecto el proceso de fabricación de un solo sable llegaba a convertirse en un verdadero ritual en el que el forjador (Kaji o Toko) devenía en un vehículo de las fuerzas naturales y divinas con objeto de dar vida o crear un ser que poseería alma propia,por ello se sometía a interminables periodos de ascetismo (Shugyo) y purificación (Misogi) en apartados lugares de las montañas.
Allí en la soledad se entregaba a la meditación y a la invocación de los poderes de la naturaleza con el objeto de que algún tipo de intuición o revelación le mostrara el lugar mas adecuado para la extracción del metal bruto. Una vez obtenido se lo sometía a un proceso secreto de continua fragua a altas temperaturas y al tempaldo en las heladas aguas de las montañas.Se dice que era entonces cuando el forjador conjuraba los genios y espíritus elementales de la naturaleza para obtener su colaboración en la obra.

De esta forma el sable pasaba por todos los estados primarios: la tierra, el agua , el fuego y el aire durante un proceso alquímico que podía prolongarse varios años.
Los expertos de la actualidad se sienten incapaces de imitar la excelencia de las hojas de los antiguos sables y por medio de recientes estudios han podido investigar que el filo de una Katana estaba compuesto por varios cientos de miles de laminas de metal soldadas una a una y que para lograr la extraordinaria dureza de su acero,esta era sometida a no menos de veinte mil temples.
Una vez realizada la hoja, el maestro forjador estampaba su firma en la prolongación del filo que queda incrustada en la empuñadura (Nakago). Es precisamente esta firma del maestro (Mei)la que convertía a la katana en un objeto único, irrepetible y en la pieza mas codiciada por los coleccionistas.

Para la fabricación de la katana podían intervenir hasta 100 personas, para culminar su obra el maestro forjador se dirigía con su creación a un templo shinto, donde el sacerdote daba "vida" la sable rodeándolo con el cordón sagrado Shimenawa que puede verse en el portal de los templos Shinto, en ese instante se consideraba al sable como un ser "vivo", hijo del forjador y a menudo , impregnado de sus virtudes y sus defectos.En este video vemos su construcción (clikear sobre la imagen),

Fuente:Ronin, La via del guerrero errante.Carmelo Ríos. Ediciones Obelisco.2000