3.12.2021

Las Katas

 

La kata o “La técnica es el hombre”

La noción de kata

Conocemos la existencia de las katas en todas las artes tradicionales japonesas, pero su estructura abarca ciertamente, un sentido mucho más amplio, el cual subyace en cada gesto, pero que las palabras son incapaces de definir coherentemente.

El término “kata” puede traducirse como “forma”, “molde”, “tipo”. Sin embargo al no disponer esquinantes en el pensamiento occidental, la noción que encierra permanece intraducible.

Las artes marciales y en particular el karate, nos ofrecen los ejemplos más precisos y más estrictamente formalizados de los katas. En este ámbito es donde se utiliza el término en cuestión: éste designa las bases de la transmisión del arte y su aprendizaje.

Propongo como punto de partida la siguiente definición de kata: “secuencia compuesta por gestos formalizados llevados a cabo con un estado mental orientado hacia la realización del camino (do)”

En la cultura japonesa “realizar el camino”  es sinónimo de alcanzar la técnica perfecta, lo cual se da en el hombre perfecto.

La realización de un kata es breve, aparentemente simple y precisa. Cada arte tiene pocas. En el karate tradicional, la mayoría delas katas tienen de 20 a 60 movimientos, una kata es siempre la transposición codificada de un combate real contra varios adversarios. A partir de una situación de inicio, cada vez distinta, se encadenan técnicas de ataque y defensa que responden a los supuestos movimientos de los adversarios. Todas las técnicas de karate se formalizan por medio delas katas, las cuales tienen un papel fundamental en la comunicación de las técnicas de combate.

El entrenamiento de la kata se realiza en solitario mientras uno centra su atención en los encadenamientos y busca la perfección técnica. El trabajo de una kata se extiende por años, a veces, una vida entera. Este trabajo pasa por diferentes etapas, esta es la razón por la cual no basta con entender la kata como una serie de formas o como un molde, sino más bien como el medio a través del cual se han fijado los conocimientos más amplios. Al comienzo de trata de crear la automaticidad de una serie de movimientos técnicos, los cuales tienen como meta la realización perfecta delas formas  y los movimientos. Al mismo tiempo también se trata de introducir un dinamismo y una potencia, factores importantes para obtener la máxima eficacia.

En la fabricación de un sable, la forma precisa dela hoja y la dureza del acero son dos aspectos  que debe equilibrar el trabajo del artesano. Un kata comprende tanto la forja del sable como el aprendizaje de su utilización.

A partir de una situación particular, cada kata muestra la posibilidad de un desarrollo y por lo tanto pone en juego técnicas de ataque y defensa que responden a los movimientos y estrategias que teóricamente tienen los adversarios, en consecuencia las diferentes katas proponen, al mismo tiempo que las técnicas, un aprendizaje de estrategias.

Un kata no es la obra de una sola persona sino la condensación de un saber tradicional. De la misma manera que un pintor aplica varias capas de pintura a su obra, las generaciones de practicantes han ido fijando en las katas las sumas de sus experiencias.

Un maestro de karate de muy alto nivel de principios del siglo XX respondió así a alguien que le pidió que le enseñara unas katas: “Yo solo conozco Naifanchin” (esta kata, por la cual en aquel entonces se iniciaba la práctica del karate, también se la conoce como Tekki Shodan)

Es cierto que, para él, aquella kata compuesta por unos 20 movimientos, abarcaba casi todas las técnicas transmitidas hasta el momento y a partir de esta única secuencia, era capaz de responder ante cualquier situación de combate. No obstante esto no significa que el no conociera el resto de las katas sino al contrario: había condensado todo su saber.

Esta anécdota ilustra dos hechos importantes. La kata contiene más de lo que se muestra a primera vista, cada movimiento es en realidad, la “memoria”  del movimiento en sí y de todas sus variantes posibles y el maestro y sus estudiantes los desarrollan durante años. El encadenamiento de movimientos sucesivos de la kata recuerda todas las posibilidades de estrategia, acción y reacción del adversario. No obstante su contenido no es simplemente una sucesión de detalles: cuando un maestro y sus estudiantes trabajan durante años el mismo movimiento y sus variantes, es el contenido global de este trabajo lo que da sentido a la kata.

Aunque el entrenamiento de la kata se haga en solitario, el adepto de un cierto nivel integra en ella sus experiencias de combate, al mismo tiempo que descifra posibles respuestas a las preguntas que se plantea. La kata es en cierta manera, un espejo, pero este solo puede reflejar lo que tiene delante. Si el practicante, por medio dela kata, sabe percibir la experiencia de sus predecesores, la kata representara un medio privilegiado para conocer al adversario y para conocerse a sí mismo.

En la práctica de las katas podemos distinguir dos aspectos: el de la instrucción. A través de la cual se aprende, como si fuera un alfabeto, ciertos movimientos técnicos que todavía no se conocen, y el dela utilización, a través del cual  se enriquece la propia experiencia.

En Japón esa forma de kata existe en todas las artes tradicionales lo que significa que los japoneses realizan los actos por medio de las estructuras de la kata –al menos este fue el sistema de pensamiento que impero durante el periodo Edo-. Recientemente Watsuji Tetsuro

Escribió que en la sociedad japonesa existe “una tendencia étnica a confiar en los actos intuitivos y a rechazar los actos adoptados por medio de la reflexión lógica”. La kata representa una manera de cultivar y reforzar el pensamiento intuitivo.

En las artes tradicionales japonesas, la meta de la kata es idéntica: realizar de manera perfecta una serie de movimientos transmitidos por la tradición que llevan a la  perfección por medio dela unión de técnicas gestuales y de una cierta disposición mental, el seguimiento del camino o la vía “do”.

La palabra “do” se traduce como “vía”, “camino”, “disciplina”, etc. No obstante, una vez más, ninguno de esos términos logra abarcar completamente el verdadero significado cultural de esta noción, ya que solo la plasman de una manera abstracta, parcial y superficial, sin llegar a comunicar su sentido más profundo.

El do se concibe como un camino que conduce a un estado mental que libera facultades humanas en los diferentes ámbitos de las artes. Este estado espiritual puede obtenerse por medio de la profundización en una disciplina. Este comporta un aspecto ético: para seguir el camino debemos seguir los preceptos que gobiernan el universo y por ende la sociedad. El proceso de perfeccionamiento en una disciplina – cualquiera que sea- comprende alcanzar la personalidad completa e armonía con los hombres y la naturaleza.

El ejemplo dela pintura a la tinta ilustra el papel que constituyen las katas en las artes tradicionales. Los modelos se elaboran a partir de ciertas formas naturales-los bambús, los árboles, las hierbas o ciertos paisajes. Por ejemplo, para hacer un bambú  de resaltan algunos aspectos delas hojas, los troncos y el bambú pintado destaca más que su modelo. Asi pues. Se trata de una forma de percepción y de sensibilidad socialmente establecida a través de la cual  aprendemos a mirar.

El aprendizaje de esta forma de pintura clásica pasa por la repetición y responde a reglas extremadamente precisas. Éste empieza trazado con el pincel diferentes formas y pone una atención  especial a la manera de acabarlas, curvarlas, difuminarla  ,etc., hasta la repetición perfecta de un repertorio clásico establecido. Paralelamente el estudiante trabaja también en una serie limitada de motivos naturales por medio de este mismo proceso de copias repetitivas. En este sentido, los motivos naturales se tratan de la misma manera que la caligrafía. Por lo tanto esta forma de pintura supone una visión social homogénea del medio natural, un consenso previo que dará sentido a los rasgos acentuados y que podemos encontrar al inicio de los poemas clásicos.

En consecuencia también  existe un modelo ideal  de berenjena unida al otoño, de la rana unida a la estación de lluvias, etc. estos modelos no deben tomarse como una simple interpretación platica del objeto, sino como un soporte de reflexión que evoca un momento del ciclo de la vida, con su sonido, olores y en definitiva con todas las impresiones que se asocien a ellas.

Las imágenes proceden de una vida estrechamente ligada a la naturaleza.

La kata es una formalización de una sensibilidad colectiva y por ello contribuye a entrenarla. Sin embargo el cuadro colectivo está unido a una involucración subjetiva y a partir del momento que el kata comienza a dominarse, este escapa a la simple repetición, aquí la formalización es particularmente blanda. De esta amanera al pintar una berenjena, el pintor repetirá, siguiendo los gestos requeridos, un cierto número de rasgos que habrá aprendido a reproducir, pero si la imagen está suficientemente interiorizada, detallara también particularidades del objeto de acuerdo al momento vivido.

Para que un repertorio muy diferenciado de signos se cristalice y se perpetúe, el kata eficaz supone la homogeneidad de un grupo social suficientemente limitado y sedentario.

Fuente : Kenji Tokitsu-Las Katas_